La esencia modernista de Sitges y su carácter marinero la convierten en la villa marinera perfecta donde disfrutar de una experiencia gastronómica y cultural...

Del carácter catalán se dice que bascula entre el seny y la rauxa, es decir, entre la cordura y el arrebato. De la personalidad del barrio marinero de Sitges podemos explicar exactamente lo mismo. Aparentemente, se trata de una tranquila población junto al mar con sus casas blancas, un santuario con exvotos marineros y una gastronomía que tiene el pescado como protagonista absoluto. El cultivo de la malvasía y la pesca artesanal son oficios con una larga tradición en Sitges. Como buena villa marinera, el olor de mar se respira por todos los rincones, pero sobre todo en el antiguo barrio de pescadores y en la Cofradía de Pescadores de Sitges, una de las más antiguas de Cataluña, ubicada en el puerto de Aiguadolç.
Por otro lado, es capaz de ser la cuna del Modernismo catalán gracias a Santiago Rusiñol y el Cau Ferrat, la casa-museo donde guardaba su colección de pinturas y hierro forjado; de restaurar la celebración del Carnaval en pleno s. xix y de organizar un Festival Internacional de Cine Fantástico que ya ha superado las 50 ediciones.